martes, 26 de febrero de 2013

Uh.. Lisensiado, primera parte.



Empezaré narrando una historia, cuyo origen se remonta más allá de los años bisiestos de vuestros abuelos, cuando Hamtaro hizo sonar la pokeflauta y una nueva era nació, haciéndonos abandonar la calle, donde jugábamos al balón y hacíamos cosas normales, abandonamos esa vida por la televisión, hamtaro nos hacía estar durante horas pegados, con los ojos abiertos y viendo como un hámster monguer corría por la rueda, diciendo que eso le ayudaba a pensar...


Allá por el año 2005 me enamoré perdidamente de un lisensiado Ecuatoriano, cuando él me abrió su corazón en aquella calle oscura: "O me das los oros o me das la vida" Llévame contigo, morenazo! Hazme tuya :3 Lisensiado se llamaba Roberto, era Ecuatoriano, de esa gente bajita, sabéis de lo que os hablo, ¡No os hagáis los suecos! Sí, pues era bajito, morenito y con una pelusilla en el bigote? Pero no era barba realmente, la RAE en su definición como barba, no admite que el bigote pelusón de Roberto fuese considerado realmente como una barba, y sí como una pelusa de esas que te encuentras debajo del sofá...


Pero mi amiga, de la que no diré nombres, pero si daré pistas como que empieza por A y termina por NA, se había enamorado perdidamente de él, estaba loquita por sus huesos de Ecuatoriano reshulón, y lo demostraba asistiendo a partidas multijugador donde Roberto, el lisensiado era Master del Call Of Duty Black Ops.


Ella se enamoró perdidamente de su acento ecuatorianín, de su letra apanchitada y de todo lo que Roberto tenía, hasta de su avatar de lisensiado de AÍDA, BUSTAMANTE.

1 comentario: